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Cuando Narciso se vio al espejo

“Es necesario que Él crezca, pero que yo mengüe.”

Juan el Bautista, decapitado por la Verdad

Juan 3:30

¿Qué es el Narcisismo y qué tiene que ver contigo?

El diccionario de Oxford languages define el narcisismo como: “Admiración excesiva y exagerada que siente una persona por sí misma, por su aspecto físico o por sus dotes y cualidades.”

Los sociólogos actuales consideran a los Millenials y Generación Z como narcisistas, y creo que tiene mucho de verdad, dado que al igual que el personaje de la mitología griega Narciso cuando vio su reflejo en el agua y quedó perdidamente enamorado de sí mismo hasta ahogarse, ésta generación ha visto el reflejo de sus facultades en los medios inflando su ego con logros que no son propiamente suyos, sino de la época privilegiada en que les ha tocado vivir, ésta generación se para sobre los hombros y el trabajo duro de sus antepasados y vocea a los cuatro vientos: “miren lo que he hecho” “aun no saben lo que soy capaz de hacer”.

El avance tecnológico y las redes sociales son éste espejo para el Narciso moderno que al mismo tiempo funciona como un megáfono donde su discurso se escucha con  fuerza: “los jóvenes son el futuro y el presente, lo nuevo es lo mejor, lo viejo está desfasado, la historia ya no importa, todo se nos quiere imponer, debemos ser libres de hacer lo que queramos” el ideal es siempre es ser creativo, eso es lo que tiene que llenar el curriculum, hay que ir contra la corriente y ser diferente para sobresalir en un mundo donde la meta en común de todos es ser distintos (irónicamente haciéndote igual a los demás). Ésta forma de pensar es el producto de una sociedad sumida en el pos-modernismo que ha derogado la verdad de su lugar, un pensamiento en el que cada persona tiene la potestad de crear su propia versión de la realidad.

El “Yo” es lo importante, superarse, emprender, salir de la caja, viajar, conseguir la mayor cantidad de likes y seguidores le dan significado y una sensación de plenitud a la vida, las cosas ya no tienen adjetivos propios a ellas sino que son “tan yo” porque el “yo” es sinónimo de lo espectacular, nada es asombroso por sí mismo si el “yo” no está ligado a ello, todo lo que nos resalte y nos ponga en el centro del universo haciéndonos lucir fantásticos, sea una app, filtro o cámara de alta calidad, tener éxito monetario a temprana edad, lucir lo ultimo en moda y tecnología, todo eso debe ser perseguido para saciar esa sed de auto-adoración y admiración a través de la ilusión que hemos creado sobre lo perfectos que somos .

Una Historia que se repite

Esto no es nuevo, empezó en Edén y continuó en Babel, ésta enfermiza sed de endiosarnos y conseguir alabanzas que ha infectado a reyes, jefes, dictadores, lideres y cada ser humano en alguna etapa de su vida, es orgullo con careta de autoestima elevada, cuando lo más importante es ser el centro de atención, el como nos vemos y como nos ven, inflamamos la rueda de una cultura obsesionada con lo superficial y que no da importancia al contenido ni a la verdad, solo las apariencias importan, las formas y no el mensaje, si se opone a nuestro micro universo egocéntrico entonces es mentira y debe ser rechazado y cancelado, el pecado no tiene cabida en la mente de seres que se creen la causa y centro perfecto del universo, por lo tanto ese concepto debe ser falso, porque “no podemos equivocarnos, somos la mejor generación de la historia” tenemos que ser los mas apuestos (aunque no sea cierto y editemos las fotos) creamos nuestra propia “realidad” en redes sociales donde somos admirados e importantes debido a las muestras estadísticas, donde ayudamos a la gente sin hacer mucho, donde podemos cambiar al mundo sin cambiar nada.

Como Nabucodonosor al ver la grandeza de su reino, ésta generación se ha ensoberbecido y le espera juicio, será reducida a bestias del campo, comiendo de la tierra los restos de su humillación, se ahogarán en su propio orgullo, serán puestos de rodillas, deberán reconocer lo que realmente es el ser humano y Quien merece toda nuestra atención.

Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu.

Proverbios 16:18


En competencia con Dios

No es de sorprender que la fe en Dios de ésta generación se haya reducido de manera exponencial, el ateísmo y agnosticismo junto a cualquier tipo de fe alternativa que ponga al ser humano como centro cobran fuerza y con ello el relativismo moral, tiene sentido, pues estos micro-dioses no pueden tener competencia y un Dios con verdades absolutas que lastiman nuestro ego y rige nuestras vidas atacando el “yo hago lo que quiero” debe ser considerado un enemigo. En otros casos deforma la fe sana convirtiéndola en un trampolín para la elevación del ego y la búsqueda de metas personales.

Tristemente este pensamiento se ha inmiscuido sutilmente en los jóvenes creyentes, el patrón a seguir que vemos no es el espiritual, sino el popular, creativo, “cool”, bello y talentoso, hoy por hoy las iglesias elevan éstas características a estándares tan ridículos que le dan la espalda al pudor, la espiritualidad del carácter santo y la doctrina, solo miren como nuestras jovencitas buscan significado en su aspecto exterior pasando horas editando sus fotos para lucir perfectas o como idolatran a jóvenes sólo por su físico y no por su vida espiritual, o como nuestros jóvenes varones ignoran su rol de hombres llamados a servir, proveer y ser responsables para ser la “mejor versión de ellos mismos”, youtubers, influencers y demás, innumerables noviazgos contados por redes sociales son sólo el cascaron de una relación superficial, no se busca la santidad ni la voluntad de Dios en muchos casos hasta se ha abandonado la fe porque importa el qué dirán, como se verá y quien que no sea Dios le dará valor.

¿Cristianos Narcisistas?

Los sacrificios de nuestros jóvenes cristianos por Cristo muchas veces constan de reputación, su amor por Cristo frecuentemente se ve confrontado y revelado por la cantidad de apoyo que la cultura puede darles si realizan o no una acción en pro de elevar su ego, ya sea verse sexy y cool en vez de reservado y casto solo por dar un ejemplo.

Más imágenes del yo son vistas en muchos de sus “posts” que la imagen de Cristo, la luz a la que hemos sido llamados a ser se ha convertido en una linterna led descargada y reemplazada por un Zenon de 10,000 “egowatts” esto es lo peor.

Alguien dirá “pero que tiene de malo que suban fotos suyas a sus redes, publicar versículos no los hace mas cristianos” a lo cual puedo responder que no se trata de usar las redes para publicar versículos, sino de que lo que hagamos sea conscientemente para la Gloria de Dios y no la promoción y elevación de nuestro ego; Incluso aquellos que hacen publicaciones de versículos y sana doctrina deben velar porque sus corazones no anhelen ser el centro de atracción para ser considerados los grandes “cristianos”, “teólogos” y “maestros” de la web, todo lo que hagamos debe rendirle gloria a Dios (1 Co. 10:31).

Nos hallamos frente a una generación cristiana que habla más de sí misma que de Cristo, dejando el evangelio en mute, en sus vidas y en los oídos de los perdidos, muchos tienen temor de hablar el evangelio y las verdades cruciales del pecado y el arrepentimiento,  una generación así es presa fácil de la falsa enseñanza donde el evangelio se ha convertido en un mercado de “auto-superación y emprendimiento” los “evangelistas” son charlistas motivacionales, heraldos de prosperidad material, personal y de sí mismos, ahora tenemos salmistas que son estrellas musicales vestidos a la moda,cantan melodías agradables al oído pero que en muchos casos no alimentan el corazón sino el ego .

El Antídoto: Vive a Cristo no a Narciso

Un llamado a cargar la cruz, a negarse a sí mismo y morir por Cristo es demasiado radical para las mentes superficiales y egocéntricas de esta generación, pero ese es específicamente el mensaje que jóvenes cristianos y no cristianos necesitan escuchar: El evangelio no adulterado de Cristo, donde Él recibe toda la gloria y nosotros somos pecadores perdidos receptores de su gracia y misericordia.

El ruego de mi corazón es que se levanten “Pablos” que vayan en contra de ésta corriente generacional predicando el evangelio y puedan decir como el gran apóstol en Gálatas 2:20- “Con Cristo estoy Juntamente crucificado y ya no vivo yo mas vive Cristo en mi” y como en Filipenses 1:21- “Para mi el vivir es Cristo y el morir es ganancia”, una generación de jóvenes cristianos así puede cambiar el curso de la historia y ganar muchas almas para Cristo. El Joven Esteban con su sangre derramada solo fue el inicio de un gran avivamiento misionero ¿cuántos “Estébanes” pueden levantarse hoy a proclamar el evangelio sin temor al qué dirán?

Una generación Cristocéntrica y no egocéntrica apuntará a la gloria de Cristo, a la verdad de Su evangelio y no a lo increíble de su intelecto o talento sino a la maravillosa renuncia del Salvador en la Cruz del Calvario, el cual siendo digno de todo “no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse sino que se despojó a sí mismo”-Filipenses 2:5.

Una generación Cristocéntrica sería anti-narcisismo y pro-humildad, serían espejos reflectores de Su Gloria y Santidad, serían ejemplo de sacrificio, servicio y entrega por las almas perdidas, revitalizarían las misiones, imaginen el gran avivamiento que tendríamos si nuestros jóvenes pasaran la misma cantidad de tiempo que pasan a la luz de sus pantallas en la luz de la Palabra de Dios y en oración constante, no exaltándose a sí mismos sino buscando exaltar a Dios, ¿que pasaría? ¿cuántas almas se salvarían? ¿cuantos glorificarían a Dios?

Un discurso anticuado para jóvenes pos-modernos

Éste discurso parece anticuado y muchos dirán que exagero, que hay otras formas en las que podríamos llegar a los jóvenes para lograr los mismos resultados sin cambiar las inclinaciones de su generación, pero la realidad es que parece anticuado precisamente porque el pensamiento moderno ha dado demasiado valor a la opinión personal antes que a la Palabra de Dios, haciendo el evangelio un mensaje opcional, muerto y estéril predicado por muertos estériles a los cementerios que hoy llamamos iglesias, la Palabra es viva y eficaz y ha de ser predicada sin alteración por aquellos que han sido vivificados por ella, ese es el evangelio que nos llama a vivir enteramente para Cristo y nada más.

La historia del cristianismo nos demuestra que sus grandes hombres y mujeres fueron jóvenes que dieron la espalda a la corriente de su época y con ello dieron un giro de 180 grados a la dirección de su generación, jóvenes excepcionales que se vaciaron de sí mismos y se llenaron de Cristo, fueron voces en el desierto, vistieron modestamente, fueron la escoria del mundo, menguaron para que Cristo creciera, sacrificaron su bienestar terrenal pero atesoraron gloria en la eternidad, sencillos y humildes pero fieras morales de las cuales el mundo no era digno, pequeños y mansos, pero conocidos en el cielo y en el infierno.

Hoy necesitamos tales hombres y mujeres, tales jóvenes, hoy el mundo está sediento de personas dispuestas a darlo todo, como dijera Leonard Ravenhill “hoy muchos preguntan ¿dónde está el Dios de Elías?, pero yo pregunto ¿dónde están los Elías de Dios?” Si queremos ver la gloria de Dios necesitamos hombres y mujeres que resplandezcan por una relación más íntima con Él y para eso Narciso deberá dejar de mirar su reflejo y empezar a ver la gloria resplandeciente del Gran Yo Soy.

y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.

2 Corintios 5:15

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