Llegaste y les cambiaste la vida
Trajiste contigo las noches en vela
Los pañales sucios y la leche materna
Eres el poema de alegrÃa de tus padres
La luz radiante que corretea en la iglesia
Demasiado sabia para ser tan pequeña
Eres un helado de fresa que con tu vestido rosa
Te conviertes de nuestros reinos en la princesa
Pues SofÃa habrÃa de hacerte reverencia
Eres el palÃndromo que nos gusta pronunciar
Para poder deletrear los hoyuelos de tu sonrisa
Que a todos los que te conocen dan vida
Dios miró los malos dÃas de oscuridad
Y nos mandó una pequeña luz radiante
Que disipa nuestros adultos miedos
Eres el pedal en la bicicleta de la oración
La fe en prueba cuando falta para el biberón
La que sostiene las mejillas de nuestra atención
Eres la de las preguntas difÃciles
Y la de las rápidas respuestas
Pones en relieve a cualquiera
Falta poco para que seas una niña grande
Falta mucho para que yo me canse
De esos abrazos sin juicio que ofreces
Eres la combinación de astucia y ternura
Oro que Dios te dé y nunca te falte
Ese amor que despliegas en el aire